Una de las premisas (un mito, claro) de la creación naturalista en la dramaturgia es que el escritor debe tener primero sus personajes, completos, vivos, y entonces, juntarlos y dejarlos vivir; ellos mismos irían contando la historia, creando la obra de teatro. La creación dramática es mucho más que eso, claro, y ni hablar con un genio de la altura de Chejov; pero nosotros no buscamos escribir una pieza, buscamos explorar el naturalismo para el crecimiento del joven actor. Así, sabiendo que Chejov no lo hizo ni pensó para su teatro, esa mítica premisa del naturalismo puede para nuestros fines formar parte de las propuestas que el texto chejoviano ofrece, pero, ¿de qué manera?
González Caballero con la libertad exploratoria de la que siempre hizo gala, propone el trastocar la historia misma escrita por Chejov pero manteniendo intactos los apoyos del personaje (y por lo tanto el personaje mismo en su esencia).
Veamos el ejercicio documentado a través de la bitácora de nuestro alumno (ya conocido en esta parte del método):
"Se vieron dos proposiciones:
1) En una, la escena con el mismo argumento, pero habían pasado en vez de dos años de no verse, veinticinco años; Treplev tendría 50 años y Nina 47 aproximadamente. Notamos que el tiempo recrudeció la emoción pues los personajes tenían más cargas vivenciales intensificando el drama de la obra, que resultó muy lenta pero llena de actuación naturalista.
2) En la segunda proposición (con otra pareja), el objetivo fue reconocer el contenido interior de un personaje que no puede aflorar, por supuesto también trastocando la historia; se hicieron los siguientes cambios: Nina quiere a Treplev y no a Trigorin, pero Nina miente a Treplev pues debe ocultarle que ella está a punto de morir. Y realmente se trastocó la escena pues veíamos en Treplev confusiones gigantescas, mayor fuerza en los personajes y mayor grado de dramatismo en Nina, que no pudo terminar su texto huyendo antes." (1)
Así, los personajes podrían variar de edades o de lugares en los que estuvieron en la escena anterior; lo que es verdad en el texto de Chejov puede suponerse inventado o tergiversado; el mismo escenario podría cambiar y convertirse en un jardín o un cuarto donde no lo había, etc.; y entonces, desarrollar escenas diferentes pero con la escencia (carácter) “intocable” del personaje mismo.
La idea, desde mi punto de vista, es reforzar los Apoyos de un personaje con sus características principales (su carácter), y desarrollarlo en cuantas situaciones sea posible. El actor crea un personaje que no está atado a la historia del dramaturgo, el personaje vivirá la historia como una parte de su vida, como un momento más, crucial o no, de su existencia.
El grado de intensidad y belleza que produce en el escenario el trastocamiento de la historia es muy alto e incluso tentador para una diferente interpretación de las obras a montar. La propuesta es amplísima y la riqueza de sus resultados en el actor es aún mayor.
(1) La bitácora fue escrita por un alumno durante el curso de Naturalismo chejoviano que González Caballero impartió a finales de los años 80, en su laboratorio. El mismo revisó el texto y aceptó su inclusión en el libro del método.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
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