La escena es un mundo en si misma: los personajes están en un lugar preciso, en cuartos, dentro de casas, en un jardín, en un pueblo, en una ciudad; la vida en ellos está llena de sonidos, de ruidos. Cada sonido alrededor del personaje provoca una reacción en su cuerpo y en su mente, es biológico; pero aún más, si aquél sonido es identificado con algún suceso del pasado o proviene de alguien conocido, la reacción ante él es más profunda e individual.
El Naturalismo chejoviano convierte en una necesidad el observar atentamente aquello que sucede fuera de la escena y que es escuchado por los personajes; la escena teatral vista como montaje está limitada en sus sonidos pues no es la vida misma, pero en el entrenamiento del actor, el juego con todos los posibles sonidos de ese momento escénico puede provocar un sinfin de posibilidades de desarrollo, profundización y comprensión de la vida y problemática del personaje, y de su actuar mismo.
González Caballero decidió llamarle “ruidos” pues consideraba que la palabra en español daba más fuerza a la simple idea de un sonido mucho más suave; “ruido” creaba la idea de algo que debe provocar una reacción; el “ruido” es un roce, es una agresión al oído y al cuerpo, a la mente, la reacción a ello es más contundente.
Ejercicio
"El ejercicio consistió en provocar estímulos en los personajes con ruidos que están fuera de la habitación en que se encuentran. Se utilizó la misma escena final de La Gaviota, ahora dándole importancia al juego y plática que realizan los demás personajes que no se ven, en el otro lado de la casa.
La pareja formó por separado sus personajes y antes de comenzar la escena el maestro pidió que “revivieran” su primer encuentro junto al lago, y después principiaron.
Durante su desarrollo el maestro, que había colocado a los demás compañeros en actitud de los personajes que juegan afuera de la escena, les indicaba ( a ese grupo) la entrada y salida de ruidos: copas, juego de cartas, risas, algunos diálogos, etc. (Ruidos) en donde él consideraba que se estimularía el interior del personaje. (1)
La escena corrió completa y con un mejor ritmo. Al final hicieron sus respiraciones y se comentaron las experiencias." (2)
El estudio de la corriente naturalista le da al actor la conciencia de la existencia de esos ruidos fuera de escena. Esa estimulación al personaje (a partir de ruidos que suceden durante la escena o que son posibles en ella), tendrá un mayor desarrollo, indiscutible, en el Supernaturalismo de Strindberg, donde los sonidos pueden convertirse en verdaderos interlocutores de la acción..
(1) La utilización de los demás integrantes del grupo que no están en ese momento en escena era para González Caballero un apoyo común durante varios de sus ejercicios. No le parecía necesario que aquél grupo creara personajes como tal sino que estuvieran en la actitud deseada. Con el tiempo y la repetición de escenas, había un verdadero conocimiento de la situación de la obra misma y podían llegar crearse verdaderos ambientes de naturalidad en el salón de trabajo.
(2) Texto transcrito de la bitácora de un alumno que tomó el curso de naturalismo chejoviano en los años 80. Esta misma bitácora ha sido utilizada en las otras proposiciones del texto chejoviano. Todos los textos fueron revisados por González Caballero y aceptados para su publicación en el libro del método.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
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