En la parte básica del método se exploró el Apoyo Zonas del Cuerpo donde se abre al actor la posibilidad del manejo técnico de la emotividad, y el apoyo mismo tuvo una ampliación en su uso durante la corriente naturalista (Naturalismo); sin embargo para la exploración dentro del Realismo González Caballero no hace uso de este Apoyo en su trabajo con el emociones concretas. No se trata de que el estudiante abra su emotividad o que encuentre la fuente de esa emotividad en su cuerpo, sino que aprenda a construir con claridad la máscara de cada una de las emociones requeridas para la transmisión de “algo” que exige tanto el texto, como el autor, el director o el actor mismo.
Dice González Caballero:
"...Sí, las emociones son el primer requerimiento del realismo. Es un teatro de ideas y situaciones; y esas ideas y situaciones deben ser muy claras, se deben manejar de la forma más precisa posible, lograr cualquier golpe escénico hacia el público que le interese al autor o al director." (1)
Es entonces que después del trabajo de lectura con las 70 emociones, donde la forma y exigencia de claridad del Realismo se aprende a través del texto, sus signos de puntuación y su “idea”, González Caballero inicia la exploración de esas emociones en su aspecto físico.
Las estatuas emotivas
González Caballero pedía al alumno que realizara corporalmente la emoción como si fuera una estatua que la definiera concretamente: la estatua de la tristeza, la estatua de la ironía, la estatua del desprecio, etc. Se buscaba que el actor hiciera cuerpo las emociones antes leídas, ahora en detenciones momentáneas o estatuas que representaran concretamente cada emoción.
Se podían revisar tantas como las 70 emociones concretas anteriores. González Caballero era muy puntilloso en el término de emoción concreta, tanto con la voz en las lecturas de texto como con el cuerpo en esta etapa. Hasta que no había un consenso entre el grupo de que “era” la emoción que se estaba trabajando no se dejaba al alumno pasar a trabajar otra.
Grados de evolución climática
El desarrollo de un clímax desde un punto de normalidad (no climática) hasta el punto máximo (clímax máximo), era regularmente trabajado por González Caballero durante los ejercicios de exploración de varios de los Apoyos; era una manera de definir los alcances del apoyo mismo y una gran ayuda en la tecnificación y control de la actividad climática en escena por parte del actor. En el Realismo se continua trabajando con este modelo de ejercicio:
Las estatuas emotivas una vez realizadas podían tener diferentes grados de actividad climática. Un simple conteo de 10 números daba una línea de referencia muy clara al alumno para aprender a graduar la emcoión trabajada. González Caballero iba de uno a diez en ascenso, 10 evidentemente funcionaba como el clímax de la emoción y después retrocedía para el reconocimiento del anticlímax.
Este conteo climático no representaba ninguna novedad en los ejercicios pues ya le era familiar al alumno desde la exploración con los primeros Apoyos.
Sin usar el Apoyo Zonas del Cuerpo ni la voz, el estudiante-actor realizaba una gran parte de esas 70 emociones del Realismo en sus diferentes grados de evolución climática, sin perder la claridad de la emoción que estaba proyectando y que el guía le exigía mantener y no perder en ningún momento.
(1) Esta cita pertenece a las grabaciones realizadas por el autor durante los años 80; entrevistas realziadas a González Caballero, con el objetivo de incluirlas en el libro del método. González caballero revisó cada uno de esos textos y los aprobó. Actualmente las grabaciones están perdidas.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
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