Antonio González Caballero comentando los ejercicios de su método de actuación en su taller de los domingos. (Foto Alejandro Yustiaza. 1999) |
Durante toda la primera parte de la asimilación del método no hay espacio para discusiones teóricas como tales, ni para trabajo de mesa ni para lecciones solamente teóricas, será hasta el inicio de la exploración con las corrientes actuacionales que la teoría como tal hace su arribo dentro del método. Sin embargo, de principio a fin del método, González Caballero tenía como hábito hacer una revisión de cada ejercicio a través de los comentarios con los actores que habían participado en él; todos escuchaban sus experiencias, uno por uno hablaba de lo que le había sucedido, él preguntaba para conocer más sobre lo que le había sucedido a uno o a otro, muy pocas veces hacía preguntas grupales (las preguntas eran en general dirigidas a quien había expuesto su experiencia), pero todos escuchaban en silencio ese básico intercambio entre maestro y discípulo (él pedía silencio y atención a los demás); al final podía haber o no una conclusión de su parte, dependía del momento y el apoyo que se estuviera trabajando; prácticamente nunca se hacía una discusión de conceptos.
Ahí en los llamados “comentarios”, solo ahí, se descubría la teoría dentro del método de actuación, se nos aclaraba tal vez la razón del ejercicio o el apoyo que se estaba explorando.
Ahí en los llamados “comentarios”, solo ahí, se descubría la teoría dentro del método de actuación, se nos aclaraba tal vez la razón del ejercicio o el apoyo que se estaba explorando.
González Caballero además tenía una singular y atrayente manera de hablar durante los comentarios de trabajo: cerraba los ojos para concentrarse y entonces hablaba, podía su discurso estar sólo dedicado al apoyo o a dar ejemplos de teatro, cine o de lo que le viniera a la mente; para un joven estudiante de actor su cultura era más que sobresaliente, era un maestro.
Los siguientes extractos de comentarios fueron revisados por él (1).
Los siguientes extractos de comentarios fueron revisados por él (1).
Comentarios del ejercicio del Elemento Aire:
González Caballero: Una palabra...
Alumno1.- Crecer.
González Caballero: Una palabra...
Alumna 2.- Aire.
González Caballero: Bueno,...siéntense un momento. Quisiera que me hicieran un resumen de lo que sucedió, qué sintieron o qué pasó. Todos debemos apreciar lo que les sucedió a los demás en esta experiencia.
Alumna 2.- ...Me sentía muy alta, muy... ligera.
González Caballero: ¿Sin dimensiones?
Alumna 2.- Sí...era muy rico para mí. Había calma, felicidad.
González Caballero: ¿Y los pensamientos que se te ocurrían?
Alumna 2.- Las ideas iban y venían, no se me ocurría nada... concreto.
González Caballero: Esta bien... Les pido que hablen de sus experiencias porque hacerlo es un punto muy importante en el aprendizaje y estudio de la técnica, así sabemos de una experiencia en otra persona y reconocemos mentalmente la nuestra. ¿Y tú? ...
Comentarios del ejercicio del Elemento Tierra:
González Caballero: Una palabra...
Alumno 1.- Roca.
Alumna 2.- Fuerza.
Alumno 3.- Tesón.
González Caballero: Comentarios de su experiencia...
Alumno 1.- Al principio, que era estar comprimido, me sentía indefenso, porque era una piedrita, de esas que están en cualquier lado...
González Caballero: ¿Sin propia voluntad?
Alumno 1.- Pues de esas piedritas que quién sabe a dónde van a ir a dar... estaba indefensa, no servía para nada. Después en la montaña, me sentía mamá, con muchos deseos de abrazar... pero ya no sentía libertad, como en el aire, era como estar "en su lugar", el tener mucha responsabilidad... En el valle me sentía también maternal pero ahora para muchos, había preocupaciones y pensamientos concretos. En la arena de playa había una sensación de más libertad, menos responsabilidades que el valle o la montaña, con sensualidad...Y en la arena del desierto era rico porque no tenía rumbo, como que me perdía...
González Caballero: ¿El aire te manejaba?
Alumno 1.- No sé, eso fue lo que sentí...
Alumna 2.- En todas las imágenes que hicimos sentí algo en común, la fusión, una fusión fuera de mi cuerpo. Hubo diferencias: la montaña era mucha conciencia, todo lo veía como para estar al tanto, me sentía dispuesto, sentí libertad, más en la playa... Después no sé que pasó, creo que desarrolle mucha energía en la roca y llegue a creer que no la iba a poder manejar, me faltó hasta la respiración, pero al oír las indicaciones ya no tuve problemas y continué hasta el final.
Alumno 3.- Yo lo disfruté, me sentí bien. Me di cuenta de la seguridad, tenía seguridad en todo; en el aire yo no me hubiera atrevido a decir una opinión seria, pero ahora aunque estuviera equivocado no deseaba discutir una opinión con nadie. El valle era como paternal, tenía ganas de enseñar, de dar; en la arena de playa, la sensualidad, el sexo para procrear; en el desierto era cambiante, me llevaban las opiniones de otros pero en la roca todo era más intenso, impresionante.
(1) Estos extractos son un ejemplo, muestran la manera en que González Caballero los llevaba, no son una trasliteración total de ellos. Debo ser muy claro pues es evidente que leídos fuera del contexto carecen de todo interés y sobre todo de seriedad. Mi interés radica principalmente en exponer la idea que él tenía de realizarlos al final del ejercicio y cuál era su dinámica.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero (NO incluye el Método de Voz) está a la venta solamente a través de Internet, y en tres sitios:
Amazon España: http://www.amazon.es/Método-Actuación-Antonio-González-Caballero/dp/1466261919
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