Cada vez que termino, como es en este caso, la revisión y exploración de los Apoyos de la corriente supernaturalista o Strindberg en el método de actuación de González Caballero, mi memoria me sitúa en las palabras que el maestro repetía en momentos similares -Strindberg no acaba aquí-.
González Caballero estaba convencido que la técnica de actuación cuya fuente es la obra de Strindberg y la corriente que enarbola, formaba parte de su método sí, pero a su vez era una puerta de exploración para varios apoyos más y posiblemente hacia nuevos rumbos del teatro mismo.
Lo inconsciente, el impulso, la imaginación, los sueños, el contacto pleno con lo básico de la naturaleza humana, lo animal, son un camino ilimitado para quien lo desee explorar, en el campo de la actividad humana cual sea; Strindberg ligado a todo ello es ilimitado también para la técnica del actor.
La corriente strindbergniana o supernaturalista es una parte de la historia del teatro moderno, de eso no hay duda, y en ese sentido como "estilo teatral" tiene un inicio y un final en la medida del tiempo dentro de la historia del teatro, pero no así la técnica que se emana de ella.
González Caballero hacía esa separación claramente: las corrientes teatrales preparan al actor para su desarrollo en la escena actual para todo aquello que ha derivado o reaccionado a ellas en el teatro moderno y posmoderno, el actor entonces reconoce el estilo y la corriente misma en personajes, acciones, escenas o piezas completas dentro de cada montaje a realizar y se adapta a ello, usando esa cultura teatral práctica acumulada durante la exploración; los apoyos actuacionales adquiridos durante la exploración de cada corriente hacen precisamente eso, lo apoyan para un mejor desarrollo creativo en la escena, sea cual sea. El actor sabe prácticamente como crear personajes dentro del naturalismo, dentro del realismo, dentro del supernaturlsimo y dentro del superrealismo, sabe combinar las corrientes; "sabe prácticamente" también que su personaje posee capas de realidades, interiores, y que el hombre-personaje posee así mismo esas corrientes dentro de su fisonomía y psicología. El método es un inigualable camino de adquisición de cultura teatral y creativa práctica para el actor moderno y posmoderno.
Y es precisamente en la búsqueda de más apoyos en la creatividad del actor donde la puerta se abre ilimitadamente; y surge entonces la otra parte de la proposición de González Caballero, la exploración de la técnica misma del actor a través de la exploración de las propuestas de los autores más allá de la corrientes que los ubicaron en el teatro moderno. Desde ese punto de vista Strindberg merece entonces muchas más lecturas desde ángulos distintos y no solamente como creador de un teatro expresionista o del inconsciente; nuevas y acaso arriesgadas exploraciones, dentro del mito, de la superstición, de la religión o de la ciencia, e ir a cualquier parte a la que nos lleven esas lecturas; la obra de Strindberg y su persona misma son precisamente ese campo aún sin explorar.
Mi comentario, en conclusión, se dirige a un simple apunte, y a una nota de advertencia:
-nada en el método es materia dicha, todo es una puerta a la exploración, y en ningun otro lado lo encontraremos como en el universo al que nos introdujo un hombre como August Strindberg-.
González Caballero estaba convencido que la técnica de actuación cuya fuente es la obra de Strindberg y la corriente que enarbola, formaba parte de su método sí, pero a su vez era una puerta de exploración para varios apoyos más y posiblemente hacia nuevos rumbos del teatro mismo.
Lo inconsciente, el impulso, la imaginación, los sueños, el contacto pleno con lo básico de la naturaleza humana, lo animal, son un camino ilimitado para quien lo desee explorar, en el campo de la actividad humana cual sea; Strindberg ligado a todo ello es ilimitado también para la técnica del actor.
La corriente strindbergniana o supernaturalista es una parte de la historia del teatro moderno, de eso no hay duda, y en ese sentido como "estilo teatral" tiene un inicio y un final en la medida del tiempo dentro de la historia del teatro, pero no así la técnica que se emana de ella.
González Caballero hacía esa separación claramente: las corrientes teatrales preparan al actor para su desarrollo en la escena actual para todo aquello que ha derivado o reaccionado a ellas en el teatro moderno y posmoderno, el actor entonces reconoce el estilo y la corriente misma en personajes, acciones, escenas o piezas completas dentro de cada montaje a realizar y se adapta a ello, usando esa cultura teatral práctica acumulada durante la exploración; los apoyos actuacionales adquiridos durante la exploración de cada corriente hacen precisamente eso, lo apoyan para un mejor desarrollo creativo en la escena, sea cual sea. El actor sabe prácticamente como crear personajes dentro del naturalismo, dentro del realismo, dentro del supernaturlsimo y dentro del superrealismo, sabe combinar las corrientes; "sabe prácticamente" también que su personaje posee capas de realidades, interiores, y que el hombre-personaje posee así mismo esas corrientes dentro de su fisonomía y psicología. El método es un inigualable camino de adquisición de cultura teatral y creativa práctica para el actor moderno y posmoderno.
Y es precisamente en la búsqueda de más apoyos en la creatividad del actor donde la puerta se abre ilimitadamente; y surge entonces la otra parte de la proposición de González Caballero, la exploración de la técnica misma del actor a través de la exploración de las propuestas de los autores más allá de la corrientes que los ubicaron en el teatro moderno. Desde ese punto de vista Strindberg merece entonces muchas más lecturas desde ángulos distintos y no solamente como creador de un teatro expresionista o del inconsciente; nuevas y acaso arriesgadas exploraciones, dentro del mito, de la superstición, de la religión o de la ciencia, e ir a cualquier parte a la que nos lleven esas lecturas; la obra de Strindberg y su persona misma son precisamente ese campo aún sin explorar.
Mi comentario, en conclusión, se dirige a un simple apunte, y a una nota de advertencia:
-nada en el método es materia dicha, todo es una puerta a la exploración, y en ningun otro lado lo encontraremos como en el universo al que nos introdujo un hombre como August Strindberg-.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
Amazon.com: http://www.amazon.com/Actuación-Antonio-González-Caballero-Spanish/dp/1466261919
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