González Caballero:
"Este es un ejercicio con todo el grupo. Lo doy regularmente al mismo tiempo que el de "la jirafa" (1), eso depende de cómo vaya el grupo. En este ejercicio trato de reunir varios símbolos arquetípicos que son reconocibles por el inconsciente, así el (actor) responde a su propio yo y se enfrenta con imágenes y situaciones que le removerán algo que después (entenderá) y podrá crear en el personaje:
El ejercicio de "El Sueño"
"Se pide inicialmente la creación de un personaje como defensa para entrar mejor al ejercicio; se hace que el actor se acueste en el lugar que considere más agradable dentro del salón y piense o imagine que está dormido; su mente ya no razona y entra en contacto con lo inconsciente; viene una confusión de colores y formas. Todo es guiado por mi voz o del guía que esté. Formas geométricas en caos; ellos ven los colores y las formas escogiendo al final uno que abarque todo el ambiente al igual que una forma geométrica, la que consideren más importante. El color y la forma quedan en el lugar del actor, éste debe ponerse de pie y se le hace ver la forma geométrica que escogió, todo dentro del sueño que está viviendo, él tiene muy claro que es un sueño...
"Se le pide que se acerque a una puerta que descubre en la forma que tiene frente a él, la toca y pone sus sentidos a trabajar: ¿cómo huele, cómo sabe, cómo se oye, cómo se siente? No solo la puerta sino toda la forma; cuando regrese a la puerta tendrá que abrirla y pasar al interior de ella.
"Caminando se ve transportado a un camino con un paisaje bastante agradable, tranquilo, es de noche, hay luna, estrellas, cielo azul, noche clara, viento fresco; no debe inquietarle nada. A lo lejos ve un árbol grande al que se va acercando, el camino ha desaparecido y por el paso llega sin dificultades al árbol que es un roble o algo parecido, con un tronco muy grande, ancho, grueso y con un ramaje muy abundante; junto al árbol hay un banco muy cómodo que nos invita a sentarnos.
"El guía domina la dirección del sueño pero las elecciones o decisiones son del actor; ellos sabrán si quieren sentarse o no, si quieren acercarse o no, lo importante es que estén en contacto con la imagen y está les provoque alguna reacción. Es importante que todos los que empezaron terminen el ejercicio aunque se hayan quedado en alguna imagen. Se debe tratar con la voz de invitar a seguir y terminarlo...
"Ya sentados en el árbol a gusto, descansando de su larga caminata, ven que a lo lejos hay una barda y una gran reja, se sienten atraídos para investigar qué es lo que puede haber ahí; caminan hasta la reja y se dan cuenta que se trata de la puerta de un panteón; abren la reja y entran. Hasta ahora no ha habido alguien que no quiera entrar, si eso sucediera quizá le dijese que esperara a que los demás salieran y seguir con las otras imágenes... Se les informa que las tumbas son muy bellas, de mármol de varias clases con esculturas de algunos ángeles o de niños, con cruces, algunas muy adornadas, y de diferentes estilos y épocas. Se acercan cada vez más a las tumbas y leen las fechas; primero distraídamente y luego con avidez. El guía deberá decir algunos nombres y fechas. Cuando ya han olvidado los primeros nervios que les provocó el entrar al panteón y estén más interesados en lo que puede haber, se les dice que hay una tumba muy pequeña tras un arbusto. Les debe causar interés y deseo de ir a escudriñar a quién pertenece; la ven, está sucia, se acercan más a leer el nombre y es el suyo: -niño muerto a los tres años-. Ellos están muertos y enterrados en ese lugar.
"Se les pone en la disyuntiva de abrir la tumba o dejarla como está; la tierra es muy blanda y pueden escarbar un poco. A flor del piso encuentran una caja, ven que es pequeña, bonita, pulida, es quizá de carey o marfil, un material muy fino y muy bien trabajado; se les invita a abrirla para ver el interior. Según los que hayan visto, se les invita a guardarlo en la caja o llevárselo. Deben volver a tapar el hoyo y cuando lo hayan hecho salen del panteón para regresar al banco bajo el árbol.
"Al llegar a la reja de entrada se dan cuenta que en la banca está sentado su padre, y se les pide que vayan hacia él, que le hablen o lo observen. El guía da un tiempo para está interrelación con el padre. Después de un rato se despedirán del padre pues tienen que continuar su camino.
"Vuelven al sendero arbolado y caminan, mientras, el paisaje se va transformando de fresco a agradable y de agradable-templado a tipo tropical donde abundan palmeras, vegetación muy lujuriosa, flores, frutas, sonidos de monos, pericos, absolutamente tranquilos y sin peligros de ninguna clase. El lugar es tan bello que se les sugiere salirse del camino para explorar o internarse en aquella selva tropical; en su exploración escuchan ruido de agua, la curiosidad les crece y buscan el origen del ruido llegando a descubrir un río que al seguir su cauce los lleva a un hermoso manantial. A la luz de la luna el manantial posee una belleza inigualable; pueden meterse al agua si lo desean y mojarse, bañarse; después de la euforia con el agua surge la imagen de su madre que se baña en el manantial pero está lejos y no tienen contacto con ella, solo la ven. Le dejan ahí y regresan al camino; pueden llevarse cualquier cosa del lugar: una flor, agua, lo que quieran.
"De vuelta en el camino ven cómo se está despejando y aclarando el cielo, pronto amanecerá. La luz deja ver una loma fuera del camino; la suben para ver el nacimiento del día. Son testigos de un maravilloso amanecer con hermosos colores celestes y un imponente Sol que los va calentando y los ilumina.
"Vuelven al camino y en corto tiempo divisan un pequeño pueblo; se dirigen a él. Ven cómo en tropel, se acercan varios niños pequeños que parece que van a recibirlos, a saludarlos, a darles la bienvenida; hay juego con los niños y en un momento el mas pequeño del grupo extiende su mano y les da una flor diciéndoles: "es mágica, guárdala siempre", y al tomarla la flor crece y despide rayos de luz inundando el ambiente de dicha o cualquier otro sentimiento especial. Ellos sabrán lo que hacen con la flor. Los adultos del pueblo se acercan, mujeres y hombres, todos muy contentos. Todo el pueblo los esperaba desde hace mucho tiempo; les hacen una fiesta, hay risas y gran animación; los llevan hasta la plaza donde son subidos en un kiosco porque toda la gente se ha congregado para escucharlos, quieren que empiecen a hablar. Dicen dos o tres frases y les aplauden invitándolos a que sigan pues lo están haciendo muy bien; ellos hablan de lo que deseen y durante su discurso se dan cuenta que la gente ya no aplaude, que está inquieta, incómoda, ven que algunas madres se llevan a sus hijos escandalizadas por algo, que algunos hombres están con rostros ceñudos y acaban por sentir una hostilidad muy grande de parte de todo el pueblo. Son casi abandonados; al preguntarse el por qué de esa actitud hacia ellos caen en la cuenta de que están desnudos, completamente.
"Comienza a llover con gotas muy grandes hasta convertirse en un aguacero. Viendo su desnudez reflejada en los charcos de agua se les pide que hagan lo que quieran. La lluvia no cesa pero hay un cambio, llueven monedas o cosas de mucho valor, ¿qué hacen con ellas? Cuando estén totalmente entrados en la lluvia de monedas se les dice que realmente son serpientes o culebras pero también se les desmiente diciéndoles que han sido figuraciones y que siempre ha sido agua... Los charcos reflejan el arco iris; la lluvia ha cesado y el Sol volvió a salir.
"Hay una transformación del ambiente pues se encuentran ahora en un teatro ante un numeroso público que les pide que actúen; hay que aceptar el reto y empezar a actuar. Se cierra el telón y un anunciador informa sobre la siguiente función en la que ellos expondrán la totalidad de sus habilidades; se les invita a ir a un camerino a disfrazarse de lo que quieran y así salir a escena de nuevo. A la tercera llamada se abre el telón; trabajan y el público aplaude, les piden que hagan drama, comedia, farsa, comedia musical, melodrama, tragedia, acrobacias, cada vez llegando a clímax y con los espectadores cada vez más contentos; al final hacen la escena que siempre han deseado hacer; y termina la función desbordándose los espectadores en vítores y aplausos para ellos; viene el deslumbramiento de las luces de las cámaras fotográficas, felicitaciones y todo lleva a suponer que han logrado un éxito rotundo como actores; finalmente vuelven al camerino y se encuentran solos desmaquillándose y vistiendo como gente normal.
"Al salir pasan por el escenario que solo tiene una luz de ensayo: es el lugar donde tuvieron éxito pero donde ahora no hay nada; tratan de reconstruir lo que pasó pero ya es sólo un recuerdo, el público se ha ido y ahora piensa ya en otras cosas; su actuación y su éxito por maravilloso que haya sido es efímero. Salen del teatro y todavía logran ver las marquesinas con su nombre antes de que sean apagadas. Se van por una calle, solos, de noche buscando algún sitio donde cenar.
"Caminan por una ciudad donde pocos los conocen y donde las calles son profundas. Vuelven a encontrarse por aquél camino arbolado y el camino también se va disolviendo regresando al cuerpo de la figura geométrica impregnada del color. Salen por la puerta y se acuestan en aquél lugar donde iniciaron su sueño.
"Se despiertan y se quedan pensando un rato, recordando el sueño, lo hermoso y lo desagradable.
"Vienen las respiraciones usuales y después se les pregunta sobre las impresiones que cada uno deberá exponer... Yo hago con ellos algunas deducciones sobre sus anhelos o temores, con cada uno, según su experiencia en el ejercicio; trato de ser muy parco en mis opiniones o interpretaciones; es muy personal y ellos, solo ellos, deben concluir algo o dejar sus cabos sueltos." (2)
(1) Es decir, al ser el ejercicio de La Jirafa un ejercicio que dura varias sesiones, el del sueño puede encajar en alguna de esas sesiones como descanso o en su caso reenforzamiento del ambiente dentro del proceso de exploración de la corriente del Inconsciente.
(2) El ejercicio es parte de las transcripciones de grabaciones que realicé con González Caballero a principios de los años 90. González Caballero revisó y corrigió todas las transcripciones. Los originales están perdidos.
El libro del método de actuación de Antonio González Caballero está a la venta solamente a través de Internet, y en dos sitios:
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